Por eso y porque ya llevamos varios años haciendo algunas rutas nocturnas, este año no iba a ser menos. La idea es hacer casi la ruta al completo totalmente de noche, y saliendo a las 21:00 horas se consigue, que ya no hace tanto calor y también que cuando se llega a la zona de sendas ya es imprescindible llevar el foco encendido a la máxima potencia.
Es en este momento cuando hay que activar todos los sentidos y sobre todo el de la vista, para conseguir terminar satisfactoriamente estas rutas.
Si delante tienes a alguien ya te va digiriendo por el trazado, pero si eres el primero o se te ha alejado el de delante, te quedas tan solo con tu iluminación y hay que tener mas control, aunque si la zona la conoces es mas sencillo.
Es increíble lo que puede llegar a cambiar una zona por la que estas pasando todos los días al hacerlo por la noche. La orientación es la que te dice por donde estas en cada momento.
En esta ocasión no hemos juntado 35 valientes para hacer la ruta que sale por camino dirección a Villalgordo para hacer la primera senda la de los gorrinos y ya totalmente de noche, aquí algunos deciden bajar por el camino por precaución o por no tener la suficiente confianza en hacer ese tramo.
Pasamos por Villalgordo y al circuito de la arena, para después ir enlazando hasta llegar a la senda de la teja. Impresionante las sensaciones de bajar casi a la misma velocidad que por el día, toda esta zona es la mas divertida y donde mas cuidado hay que tener.
Tomamos un refrescante trago de agua en la fuente de El Galapagar para poder afrontar la vuelta que ya será mucho mas tranquila y sin los sobresaltos que te dan las sendas.
Y como no iba a poder ser de otra forma sino con el fin de la ruta en el bar donde nos esperan para que podamos saciar la sed y el hambre que traemos.
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