La VII ruta BTT “Villa de La Roda”
de esta año 2015, como siempre, exprimiendo al máximo el terreno y
con esos 42 kilómetros de limitación. Trazado que es 100% ciclable.
Comienza, como no, llaneando por
nuestro termino municipal pasando por “la casa las viñas” en el
paraje de “los guijarrales” y por “ la casa taberneros”
cruzando el canal transvase Tajo-Segura por los areneros para cruzar
la carretera cm-3106 que es la que une La Roda y Tarazona de La
Mancha donde empieza la bajada por “la americana” llegando casi
al puente de quitapellejos, donde empieza la zona de sendas
primeramente con unos toboganes que van enlazando “la casa bello”
con “San Rafael” y “la casa de los cojos” para ir a cruzar el
río por “el carrasco”.
Ya al otro la del río Júcar
continuaremos haciendo alguna que otra senda mas, como “la del
gato” y terminar en “la casa de los cucos” donde hay que tomar
un respiro en el avituallamiento para poder después subir a “la
casa del tuerto” continuando por caminos siempre vistosos rodeados
de nuestra naturaleza de pinos, para ir a buscar el principio de la
bajada de “la senda de la teja” por donde a mitad nos cruzaremos
para terminar bajando por “la senda de las piedras” que
habitualmente se hace en sentido de subida y tiene su encanto hacerla
en bajada.
Continuamos enlazando “la senda de la
teja” en subida que también es una de las que se hace normalmente
de bajada a la que le cambiamos el sentido para hacerla en subida y
poder disfrutar así del entorno tan vistoso lleno de vegetación que
tiene.
Llegando casi al final de la subida de
“la senda de la teja” tomamos una alternativa nueva rodeada de
monte que continuará con desnivel para poder hacer una bajada rápida
entre los pinos aterrazados haciendo el comienzo de “la senda de
las tobas” siempre rodeado de arboles, hasta que terminamos bajando
por camino amplio hasta “el galapagar”.
Hacemos el camino recto para cruzar por
“el puente de palos” y enfilar subida larga y tendida de “la
americana” para volver a cruzar otra vez la carretera cm-3106 y
poder in deshaciendo el camino andado en busca del pincho de la torre
que en cuanto se ve ya no hay respiro, plato grande y a tirar los
últimos cartuchos si es que nos queda alguno. Y por fin alcanzar la
meta y ese preciado líquido para poder hidratar nuestro cuerpo.
